La guerra comercial, el aumento de los costes laborales y los avances tecnológicos fuerzan a las compañías a replantearse la estrategia de producir fuera de su país de origen.
Los factores que alimentan el cambio se están empezando a producir: la automatización, el aumento de los salarios de los trabajadores fabriles chinos del 64% desde 2011 y las fricciones comerciales
Los efectos de las tensiones arancelarias hacen que el 41% de las empresas estadounidenses implantadas en el gigante asiático estén considerando trasladar su producción, según una encuesta de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en China. Una cuarta parte de ellas se llevaría la fabricación a otros países del sureste asiático (Vietnam, India, Singapur y Malasia), el 10% habla de México y un 6% optaría por la vuelta a casa.