La Thermomix TM 31 amasa, pica, emulsiona, monta, muele, remueve, pesa, bate, mezcla y cocina al vapor. En total, Vorwek ha vendido más de cinco millones de unidades de su robot. España ha sido uno de los sus principales clientes, con al menos un millón y medio de compradores.
La competencia al invento tardaría en llegar. La catalana Taurus —que acaba de cumplir 50 años y se considera un referente de la industria nacional— lanzaba al mercado Mycook, un robot de cocina muy similar a la Thermomix aunque con su propia innovación patentada: la cocción por inducción. Su precio, 799 euros, es sensiblemente más competitivo que el de la alemana: 980 euros.
El Juzgado de lo Mercantil número 5 de Barcelona estimó parcialmente la demanda, condenando a Taurus a cesar en la autorización en su máquina del accesorio llamado “cestillo metálico”. El resto de peticiones de Vorwerk fueron desestimadas.
Hace un año, Vileda le ganaba a Spontex su pleito por la propiedad industrial del anclaje con sistema click-clack del palo al mocho de la fregona. Y las cápsulas de café también se han convertido en elementos arrojadizos en la guerra de las patentes.
En mayo de 2011 Marcilla, perteneciente a la empresa multinacional Sara Lee, empezó a comercializar en España las monodosis low cost compatibles con la máquina de Nespresso, propiedad de la compañía suiza Nestlé. Una versión un 15% más barata de las cápsulas que además se puede comprar en los supermercados. Hasta ese momento solo se podían adquirir en las tiendas de Nespresso o por internet. Nestlé tardó poco más de seis meses en llevar el caso a los tribunales y en diciembre presentó en un juzgado de Barcelona una demanda por violar la patente, antes lo había hecho en otros países europeos. El juicio aún no se ha celebrado, pero en Alemania un juez dictó sentencia en febrero de este año y le dio la razón a la competencia de Nespresso.
Fuente: El País