23.10.17

Localización de empresas gallegas en Portugal

Con Tesla merodeando por la Región Norte, el país vecino se ha convertido en un polo de atracción de capital extranjero en sectores punteros como el tecnológico (Siemens) o el aeronáutico (Embraer).Y en esta pujanza de Portugal, el capital gallego -tan cercano geográfica e históricamente- está jugando un papel muy importante. Hay cifras y son sorprendentes. Se las ha puesto el Círculo de Empresarios de Ourense, que, en un informe a pie de campo, ha localizado más de 300 empresas gallegas instaladas en más de una veintena de polígonos industriales repartidos en la mitad norte de Portugal.



¿Qué clase de empresas? Pues según detalla el estudio, de todo tipo, pymes en su mayoría, con predominio de los sectores de alimentación, actividad turística, auxiliares de automoción, distribución, almacenamiento, manejo de mercancías y sector textil.Dicen los empresarios que la clave de estas localizaciones está en los costes. Ese estudio detecta en el norte de Portugal una veintena de parques empresariales (23 en concreto) en un radio de 50 kilómetros desde la frontera con el sur de Galicia, con 7 millones de metros cuadrados de suelo industrial a un precio medio de 20 euros el metro cuadrado y en los que hay una ocupación de hasta un 50 % de pymes procedentes del otro lado de la raia.Aliados y rivalesEs difícil competir cuando al otro lado de la frontera, en Galicia, el mismo metro cuadrado para empresas está a una media de 93 euros.

Según el Instituto Galego da Vivenda e Solo, solo en la provincia de Pontevedra se cuenta medio millón de metros cuadrados libres, pero a un coste nada competitivo frente al que ofrecen los vecinos: el más caro se sitúa en Mos, a 180 euros el metro, y el más barato en Lalín, a 60 euros.A lo anterior se suman salarios competitivos, mano de obra cualificada y buenas infraestructuras. Todo ello completa la combinación perfecta para que Galicia siga alimentando el milagro del despegue portugués... a costa de los propios intereses gallegos.El caso de la automociónUn ejemplo claro es la industria de componentes de automoción, un mercado en el que su competitividad está provocando más implantaciones que tenían como primer destino Galicia. Un ejemplo: en el año 2005, el número de auxiliares del grupo PSA que preside el portugués Carlos Tavares asentadas en el norte luso se reducía a 10. Hoy ya hay casi medio centenar a pleno rendimiento; de ellas, la mitad son de matriz gallega. Y su peso en los nuevos lanzamientos de la planta de PSA en Vigo pasará del 6 % actual al 25 %. Y mucho aún está por llegar: al menos 300 millones de euros confirmados, hasta el año 2020, en proveedores de automoción.

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